14 de abril de 2010

De bloqueos viales, derechos y atropellos – parte 2

Continuación de un tema sin solución y alrededor del cual surgen frecuentemente amenazas de perpetuar los abusos en los que incurren porteadores, taxistas, transportistas, sindicalistas, vendedores ambulantes, universitarios y cualquier grupo que sienta vulnerados sus intereses.

Esta vez, estudiantes de la Universidad de Costa Rica se lanzaron a bloquear calles protestando ante lo que ellos consideraban un atropello a sus derechos por parte del Organismo de Investigación Judicial, cuyos oficiales ingresaron al recinto educativo para detener a un tráfico sospechoso de cobrar “mordida”. El supuesto irrespeto a la autonomía de la UCR provocó un enfrentamiento entre autoridades y universitarios, donde ambos bandos, actuando con prepotencia e intolerancia, culminaron en un violento zafarrancho.

Independientemente de quién tenga la razón en este episodio, lo que vuelvo a criticar aquí es la maldita costumbre de tirarse a las calles a privar a terceros de su derecho a la libre circulación. Lo peor del caso es que esto siempre es aprovechado por revoltosos oportunistas ajenos a la causa que simplemente aprovechan cualquier tumulto para crear desorden. De esta forma, un dia después del enfrentamiento mencionado, un grupúsculo radical, que ni siquiera contaba con el apoyo de quienes realmente estaban relacionados con el problema inicial, aprovechó para bloquear nuevamente la carretera de circunvalación, luciendo pañuelos y pasamontañas y armados con piedras y bombas molotov. En sus escasas declaraciones, pues el objetivo no era hacerse oír sino dejarse ver,  armaron un combo ideológico mezclando los temas de moda (JAPDEVA, porteadores, autonomía universitaria). Pero la idea era sencillamente mostrar su "poder", o más bien la incapacidad de reacción de las autoridades, y exhibir su mejor porte de revolucionario de bolsillo convirtiendo nuestras vias en su selva lacandona. El predecible resultado: caos vial y un despliegue de recursos policiales durante horas, para que al final simplemente las autoridades se encargaran de barrer la calle y olvidarse de todo. Así, una patética y vacía demostración fashionista, pretendiendo luchar por un surtido de derechos a la vez que violaban los de una tercera mayoría, queda impune como siempre.

¿Hasta cuándo?
Share/Save/Bookmark
16 de febrero de 2010

La naturaleza como ente antisocial responsable de nuestras desgracias

Hace muchos años, cuando participaba con cierta regularidad en un foro para viajeros, me tocó ver como una persona se quejaba de la falta de señalización en un sitio donde un joven extranjero tuvo la idea de escalar un muro de roca para lanzarse desde lo alto de una catarata, algo que algunos locales hacen con cierta frecuencia pero que obviamente conlleva un alto nivel de riesgo y no es una actividad que sea incentivada de ninguna forma. Es cuestión de sentido común, y resulta absurda la necesidad de un letrero advirtiendo las obvias consecuencias de una acción donde la simple contemplación del “trayecto” tiene un efecto disuasivo. Las secuelas del arriesgado acto en cuestión fueron fatales, y no deja de ser lamentable cuando algo así ocurre, pero en este caso invocar la falta de advertencias es negar la responsabilidad real del protagonista.

Lo anterior vino a mi memoria en días pasados, luego de un mortal accidente de tránsito donde un motociclista y su acompañante ingresaron a gran velocidad al boulevard de Rohrmoser y se estrellaron contra un árbol. Surgieron entonces algunos dolientes y expertos en la materia alegando sobre el peligro que representan dichos árboles que se ubican en la jardinera que divide la vía. Talvez si no hubiera estado ese árbol allí la trayectoria  de la motocicleta y sus pasajeros hubiera sido amortiguada por algún transeúnte salvador en la acera contraria. Así, el culpable del percance es el feroz depredador vegetal y no el irresponsable sin licencia, conduciendo en evidente exceso de velocidad y… ¡con el casco en la mano! ¡Por favor!

¿Qué seguiría entonces? ¿Eliminar todos los postes del tendido eléctrico, paradas de autobuses, muros de contención, barandas, vallas divisorias, señales de tránsito, aceras y demás obstáculos que impidan el libre deslizamiento de los pasajeros que han sido expelidos de sus vehículos? Probablemente habría que prohibir la construcción de cualquier tipo de estructura a 200 metros de la calle: un equivalente a la Zona Marítimo Terrestre aplicada a la red vial del país para proteger nuestros frágiles recursos automotores. Y ¿qué tal si acolchamos las calles para atenuar las caídas también?

¿Selección natural estabilizadora, alguien?
Share/Save/Bookmark
5 de febrero de 2010

Mi voto por el fin de la mancuerna cleptocrática

A escasos días de las elecciones, sigo aun sin identificarme plenamente con alguna de las opciones. No creo haber tenido antes tanta dificultad para escoger a quien darle el voto, por lo que me he tragado todos los debates, planes de gobierno e infinidad de artículos, foros, discusiones y demás fuentes de información. Ya estoy prácticamente decidido, aunque muy probablemente emitiré ese sufragio “arrugando la cara”, pero de lo que si he llegado a convencerme es de que ya no es sano seguir bajo el reino del PLUSC, uséase, gobiernos alternos de los partidos Liberación Nacional y Unidad Social Cristiana. Después de décadas turnándose el trono, es tal el grado de institucionalización de la corrupción que ya no hay cara en que persignarse.

Los hechos de corrupción relacionados con el PUSC han sido quizás los más sonados, pero el descaro e impunidad en el caso del PLN, particularmente el actual gobierno (tomado del Fusil de Chispas), es aun más preocupante, máxime cuando las encuestas indican que son estos quienes tienen las mayores probabilidades de ganar la contienda electoral.

Y no es que realmente me desagraden los candidatos. Laura Chinchilla puede ser firme y honesta, como reza su slogan, pero siempre y cuando no choque con los intereses de sus “patronos”, pues su silencio y evasivas ante los cuestionamientos relacionados con el gobierno de los Arias demuestran que es mayor su lealtad hacia los mismos que la dupla de valores que esgrime en campaña. Y su plan de gobierno también tiene puntos muy rescatables, pero en la práctica el otrora partido social demócrata ha demostrado ser inconsecuente con su ideología. Lo mismo sucede con Luis Fishman, quien parece haber adoptado, infructuosamente, la pose populista que le funcionó a Abel Pacheco hace 8 años: el problema radica también en el verdadero poder detrás del trono. Tanto así que su programa de gobierno fue hecho a la medida para un eventual mandato de Calderón, mencionado incluso su apellido en algunas partes del documento.

Así, y a sabiendas que es imposible solucionar todo en un periodo, mi voto el domingo 7 de febrero indiscutiblemente será para alguien que interrumpa la cadena cleptocrática bipartidista, y que tenga la actitud y capacidad para aplicar un riguroso tratamiento aséptico al sistema.
Share/Save/Bookmark
9 de enero de 2010

Afuera hay un mundo – el mundillo de los taxistas

A veces por no romper la rutina y salir de nuestro círculo habitual perdemos de vista un mundo amplio y variado. Bastaron 4 horas, 4 taxis y 4 puntos de referencia para recordármelo la lluviosa noche del miércoles.

Debido a la inminente ingesta de espirituosas y la carencia de chofer designado para la ocasión, opté por el transporte público para la incursión nocturna. El recorrido: de mi casa a la de un amigo, en el extremo opuesto de la ciudad; de ahí a “La Flota”, luego a “La Chicha”, y finalmente, de regreso al punto de partida. La interacción con quienes facilitaron el desplazamiento, permitieron una especie de episodio reversible y PG-rated de “Taxicab Confessions” a la criolla, donde pasajero y conductor invirtieron protagonismo. Los taxistas siempre son una rica e inagotable fuente de anécdotas urbanas, pero en este caso el capitulo trata de la biodiversidad que se puede observar dentro de ese gremio.

1- El Tostado
La ausencia de aliento etílico y de conducción temeraria o errática, me hicieron desistir del primer impulso de abandonar el vehiculo, pero su mirada perdida, dicción de boxeador retirado e ideas confusas y entremezcladas me recordaron a varios conocidos, discípulos de Don Juan (el chamán de Castaneda, no el casanova de Tirso de Molina), que quedaron “directos” después de su paso por el mundo de las sustancias prohibidas y no tan prohibidas. La temática durante este trayecto inicial osciló indistintamente entre la necesidad indumentaria de portar reloj hasta las imprudencias de los colegas, pasando por las estaciones de radio, las infaltables alusiones a las cualidades de las féminas observadas y un sinnúmero de contenidos inconexos, inconclusos y, en ocasiones, incoherentes.

2- El Conocido
La mayoría tenemos un conocido que en algún momento se dedicó, formal o informalmente, al transporte de pasajeros. En mi caso, recuerdo al menos un compañero de la U y otro del trabajo que hicieron sus pinitos en ese mundo. En esta ocasión nos tocó parar en la calle a un camarada de mi amigo. La íntima pero pública tertulia arrancó con las inquisitivas bidireccionales y breves actualizaciones de rigor, desembocando en remembranzas y menciones a conocidos en común. Al final, el intercambio de medios de contacto, que muy probablemente irán a parar a algún olvidado rincón.

3- El Confianzudo
No sé si realmente sea una categoría por sí sola, pues esa extrovertida familiaridad es una característica muy usual entre todos los miembros de la especie, pero hay algunos que de principio a fin tratan al viajero como si fuera amigo de toda la vida. Así, fuimos mudos testigos de la verborréica narración de las íntimas dichas y desdichas de nuestro guía, quien en el corto recorrido logró exponer parte de su vida privada y desahogar sus mas recientes penas sin tapujos. Si el trayecto hubiese sido mas largo, muy probáblemente hubiera procurado lo mismo de sus acompañantes.

4- El Osado
La travesía final fue protagonizada por un expandillero nicaragüense de múltiples batallas. Luego de frenar intempestivamente en el centro exacto de San José para cargar de improperios a un par de lacras que acababan de inclinarle aun mas la cuesta de enero a un despistado transeúnte, se dedicó a relatarme sus proezas con los puños, mostrándome sus 2 balazos, 4 cuchilladas y 1 machetazo reciente, saltándose todas las señales de tránsito mientras exhibía orgullosamente sus trofeos de guerra. Sinceramente, al final me quedó la duda si realmente las heridas fueron producto de sus bélicas andanzas o de su imprudencia al volante.

Así concluyó una fugaz incursión en el mundillo de la fuerza roja. Lo anterior simplemente representa una colección producto de una noche específica, pero se reciben aportes para enriquecer el compendio.
Share/Save/Bookmark