25 de enero de 2009

La maldición del conocimiento como impedimento en la comunicación

Recientemente leí el libro “Ideas Made to Stick”, sobre cómo desarrollar ideas que logren posicionarse fácil y exitosamente en la mente de los demás. La formula básica para esto es que las ideas sean Simples, Inesperadas, Concretas Creíbles, Emocionales y/o que contengan o se representen mediante Historias. Este es el secreto del éxito de las leyendas urbanas y las teorías conspiracionales, mientras que muchas ideas importantes en el mundo de los negocios, la educación, la política, etc. no logran sobrevivir.

Uno de los conceptos mas importantes tratados en este libro es el del “Curse of Knowledge”, o la “Maldición del Conocimiento", el cual explica por qué los demás no logran comprender lo que queremos comunicar, y consecuentemente no pueden retransmitir o implementar el contenido del mensaje. Los autores utilizan como ejemplo un experimento de psicología realizado en la Universidad de Stanford (“Tappers and Listeners”), en el cual se seleccionaba alguna canción muy conocida (“Cumpleaños Feliz, El Himno Nacional, etc.) y un grupo de individuos (“tappers”) la transmitía mediante golpes con los dedos sobre la mesa mientras que otros (“listeners”) escuchaban e intentaban adivinar. Los “tappers” por lo general predecían un porcentaje de éxito en la comunicación del 50%, pues ellos sabían que se trataba de canciones sencillas y muy populares, pero la realidad fue que solo un 2.5% de los “listeners” logro adivinar.

Lo anterior se explica porque el "tapper" esta cantando la canción mentalmente mientras golpea sobre la mesa, escuchando así los tonos en su cabeza, mientras que los "listeners" solo escuchan una especie de monótona clave Morse. Los “tappers” al final simplemente se frustran, no pudiendo comprender porque los “listeners” no logran adivinar.

Esta es precisamente la maldición del conocimiento, donde una vez que sabemos algo no logramos ponernos en el lugar o estado mental de quienes no lo saben, imposibilitando así la transmisión efectiva de este conocimiento. Quienes frecuentemente hablan, leen o escriben sobre un tema especifico dominan el argot; la terminología técnica, los acrónimos, etc. Y a la hora de comunicarse fuera de su entorno olvidan traducir el mensaje a un lenguaje concreto y común.

En ocasiones lo anterior obedece a un intento prepotente y ególatra del emisor por mostrarse como un experto. En otras puede ser producto de la táctica del “confunde y vencerás”. Pero muchas veces es simplemente un error en la comunicación de parte de aquellos que, nuevamente, no se ponen en el lugar del receptor. David Platt (por cierto, uno de los mejores conferencistas que he tenido la oportunidad de ver) utiliza una frase clave en su libro “Why Software Sucks”: “Know Thy User, For He Is Not Thee” (Conozca a su usuario, pues él no es usted). Lo anterior está dirigido a los diseñadores de software, pero aplica perfectamente al concepto de la maldición del conocimiento, donde lo que parece obvio y relevante para el emisor del mensaje no lo es para el receptor. Lo he visto muchas veces en mi vida profesional y académica. Personalmente, he tenido cantidad de profesores que pasan sin dejar su huella (aparte del recibo de la matrícula) en la formación de sus estudiantes por no lograr transmitir sus conocimientos y experiencias. Quizá ese ha sido el factor definitivo en el éxito de la serie de libros “For Dummies”: la extracción de las nociones primordiales de un tema y su comunicación mediante un lenguaje “humano”, para llenar el vacío que dejan todos esos expertos en la materia víctimas de la maldición del conocimiento.
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21 de enero de 2009

La cultura del vivazo

Si hay una característica del tico que detesto es la cultura del vivazo. Por mucho tiempo nos hemos jactado de ser ingeniosos, de poseer una agudeza mental capaz de generar soluciones o "salidas" creativas ante los acontecimientos de la vida diaria. Pero en la practica esto muchas veces se manifiesta en acciones que constituyen un irrespeto por los demás y un intento descarado por evitar responsabilidades. Es decir, la búsqueda de la vía fácil, sin importar las consecuencias para uno mismo y para los demás. Lo importante es el bienestar personal momentáneo, aunque esto implique quebrantar leyes o ignorar normas elementales de comportamiento y convivencia social. Así, el tico se jacta de haber conseguido algo de forma más rápida y cómoda que los demás, sin importar que haya tenido que colarse en la fila, irrespetar señales de transito, parquearse en la zona para discapacitados, pegarse detrás de la ambulancia a la que los demás conductores le dan campo, ir a botar la basura no tradicional en los ríos o lotes abandonados, pagar mordidas, robar, etc.

Quizás todos hayamos cometido errores de este tipo, pero lo importante es verlos como tales, no glorificar estas conductas, y buscar la forma de rectificar y evitar las mismas en el futuro. Tener siempre presente que, como dijo siempre mi tata, mis derechos terminan donde empiezan los de los demás.
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